La Tierra es muy vieja y las piedras
han tenido el tiempo de pasear,
volverse otras, ser magma en volcanes y roca en las cumbres,
hacer fila en el fondo marino,
han tenido tiempo, incluso
de ser caparazón y casa, molcajete, pulsera,
mortaja de todos,
fingir promesas
de cuidado y curación,
cerrar sus cristales radiactivos,
confundirse, amalgamarse,
caer sobre las cabezas.