Juan Casado

  • b0381448145compartió una citahace 2 años
    En la Edad Media, la ciencia sufrió un abandono casi total. Se olvidan los avances de las civilizaciones griega y romana, y el conocimiento médico, filosófico y astronómico se sustituye por ideas religiosas y mágicas. Son los monjes en los monasterios y los magos quienes se atribuyen los secretos de la curación, recomiendan las procesiones, los rezos, los santos y las romerías, las responsables de las curaciones. En esta época, las mujeres epilépticas son quemadas por brujas. Y a los hombres se los castraba para evitar descendencia con la misma lacra. Con la llegada del islam aparecieron médicos judíos que se desembarazaron del oscurantismo e hicieron avanzar todas las ciencias, incluida la medicina, la aritmética, la astrología, la agricultura y la filosofía.
  • b0381448145compartió una citahace 2 años
    al hemisferio cerebral contralateral. Todo el mundo sabe que quien ordena cualquier movimiento del cuerpo, quien controla las sensaciones que se perciben con el tacto, los ojos o los oídos es una pequeña parte del cerebro que ordena que todo ello se realice de una forma adecuada; por ejemplo, para doblar el brazo, la parte del lóbulo frontal emite una orden en forma de impulso eléctrico que logra contraer los músculos del brazo encargados de esta acción. Pero a la vez manda a los músculos posteriores que se relajen. La contracción tónica se origina cuando la orden de contraer ambos grupos musculares, los anteriores y los posteriores, se produce simultáneamente, llevando al brazo a contraerse constantemente, un movimiento inútil. Las crisis epilépticas se producen cuando los grupos neuronales se activan anárquicamente, sin orden ni objetivo. Es como si en una orquesta sinfónica todos los instrumentos musicales sonaran desacompasados.
  • b0381448145compartió una citahace 2 años
    “los vasos van como VAN”, Vena, debajo Arteria y debajo Nervio», una regla nemotécnica imposible de olvidar.
  • b0381448145compartió una citahace 2 años
    Un mes después, la madre vino a verme al hospital, quería conocer los detalles de la enfermedad de su bebé. Durante el ingreso estaba anonadada, superada por los acontecimientos. En permanente estrés, no se enteraba de lo que le decían las enfermeras o yo mismo. Esta incapacidad para digerir la información es frecuente en estas situaciones
  • b0381448145compartió una citahace 2 años
    Sin embargo, cuando solo uno de los padres contesta a las preguntas del médico o la enfermera, mira y protege a su hijo, mientras que el otro está cotilleando las características de la consulta, las urgencias, la biblioteca o los diplomas o cuadros de la pared, entonces en mi fuero interno se enciende un faro rojo de preocupación, porque el trabajo de vigilancia, soporte y apoyo recaerá en uno solo, generalmente en la madre, no en ambos. Y, en consecuencia, el cansancio, las dudas y la ansiedad que producen todas las enfermedades de los hijos, incluso las más benignas, doblará una sola espalda.
    —Queremos que usted se haga cargo de la salud de nuestro hijo. ¡Que sea su pediatra!
    —Aún no ha nacido —contesté, mirando a ambos padres.
    —Necesitamos consejos antes de que David —así se llamaría el niño— llegue al mundo.
    Asentí con la cabeza, qué otra cosa podía hacer. Aunque no era habitual que aceptara este tipo de compromiso, me acordé del intenso y persistente sufrimiento de esta mujer y del miedo que probablemente tenía a repetir alguna negligencia en el cuidado de su próximo hijo.
    Estuvimos casi una hora juntos. Ambos padres preguntaban, yo contestaba y ellos tomaban notas sobre cuestiones básicas relativas a cuidados
  • b0381448145compartió una citahace 2 años
    apoyo recaerá en uno solo, generalmente en la madre, no en ambos. Y, en consecuencia, el cansancio, las dudas y la ansiedad que producen todas las enfermedades de los hijos, incluso las más benignas, doblará una sola espalda.
    —Queremos que usted se haga cargo de la salud de nuestro hijo. ¡Que sea su pediatra!
    —Aún no ha nacido —contesté, mirando a ambos padres.
    —Necesitamos consejos antes de que David —así se llamaría el niño— llegue al mundo.
    Asentí con la cabeza, qué otra cosa podía hacer. Aunque no era habitual que aceptara este tipo de compromiso, me acordé del intenso y persistente sufrimiento de esta mujer y del miedo que probablemente tenía a repetir alguna negligencia en el cuidado de su próximo hijo.
    Estuvimos casi una hora juntos. Ambos padres preguntaban, yo contestaba y ellos tomaban notas sobre cuestiones básicas relativas a cuidados
  • b0381448145compartió una citahace 2 años
    Los errores médicos son tan frecuentes como desconocidos y forman parte del secreto entre los facultativos. No solo se ocultan cuando se producen, también se justifican, y solo excepcionalmente salen a la luz.
  • b0381448145compartió una citahace 2 años
    Mi voz sonaba tranquilizadora. Recordé haberle prescrito una inyección intramuscular de gammaglobulina,
  • b0381448145compartió una citahace 2 años
    Errores tendremos siempre, pero solo son tolerables los leves. Estos pueden minimizarse estudiando a fondo al paciente, preguntando a los colegas que saben más, por edad o por experiencia. Y estando atentos a las contradicciones entre los signos clave que emite la enfermedad y entre lo que se ve en la visita al paciente
  • b0381448145compartió una citahace 2 años
    El facultativo que lo infligió nunca se enteró. Le conocí años más tarde en el Hospital Infantil La Paz, y comprobé que era un buen médico y una buena persona. No le hablé del error con mi padre. Pensé que era inútil culparle, porque ya era un buen profesional. Seguramente existan muchos errores diagnósticos graves y de tratamiento que pasen desapercibidos, ocultos o que nunca se conozcan.
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