La literatura de terror es una de las manifestaciones literarias de los llamados “géneros populares”, que pueden ser entendidos, en palabras de Isabel Santaulària (2008), como narrativas que se definen no sólo por su popularidad y cifras de ventas, sino también “por su aspiración de llegar a un gran número de lectores y, por lo tanto, intentar convertirse en best-sellers explotando convenciones narrativas de probado éxito”