Elena Pulcini

  • Marcela Alvear R.compartió una citahace 2 meses
    : la envidia es el único de los siete pecados capitales que nadie está dispuesto a admiti
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    admitir, el más ambiguo y el más obsceno, entendiendo por obsceno, precisamente, lo que se considera indecente y que, por tanto, no puede mostrarse.
  • Marcela Alvear R.compartió una citahace 2 meses
    Pero, dado que anida en el corazón, no en el cerebro, no existe grado alguno de inteligencia que sirva de protección contra ese mal.
  • Marcela Alvear R.compartió una citahace 2 meses
    No es ninguna casualidad el hecho de que la mirada tenga tanto que ver con la envidia, tal y como confirma la misma etimología de la palabra: in-videre quiere decir, precisamente, mirar mal, mirar de reojo, de través.
  • Marcela Alvear R.compartió una citahace 2 meses
    El «mordisco» de la envidia, como lo llama Francesco Alberoni en Los envidiosos, ese espasmo doloroso que a nuestro pesar nos atenaza, a la vista de alguien que tiene lo que nosotros no tenemos y que deseamos, es producto del vértigo de la carencia, de la pérdida: la belleza de la amiga que colecciona conquistas, la casa lujosa del vecino, la mayor popularidad del propio alumno, la promoción profesional de un colega, la riqueza de un pariente, se convierten en ataques dirigidos a nuestro propio ser, de los cuales, aunque solo sea por un instante, percibimos el fallo, la derrota, la caída.
  • Marcela Alvear R.compartió una citahace 2 meses
    En evidente sintonía con la aguda observación de Scheler, Salvator Natoli, en su Diccionario de los vicios y de las virtudes, ha definido eficazmente la envidia como «el tormento de la impotencia».
  • Marcela Alvear R.compartió una citahace 2 meses
    Se dice que la envidia es una especie de inversión especular de la soberbia: cuando nuestro ilimitado deseo sufre una frustración, cuando, como decíamos, choca con el límite, entonces se cae, se precipita como Lucifer en la degradación de la derrota: el poder se convierte en impotencia, la sensación de superioridad se convierte en sensación de inferioridad, el orgullo se transforma en rencor; la confianza en la propia valía, en fracaso; y de la impotencia nace inexorable el impulso envidioso.
  • Marcela Alvear R.compartió una citahace 2 meses
    Si un joven escritor escribe un libro que tiene más éxito que el mío o gana un premio literario al que yo secretamente aspiraba, eso supone para mí lo que los psicoanalistas llaman una herida narcisista.
  • Marcela Alvear R.compartió una citahace 2 meses
    En definitiva, en la comparación anida el germen de la envidia. Y esto es un buen problema porque la comparación es una estructura básica de la socialidad.
  • Marcela Alvear R.compartió una citahace 2 meses
    En primer lugar, cuando la comparación tiene lugar en un terreno que nos resulta caro y al que apuntamos en la construcción de nuestra identidad.
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