Tenemos la costumbre de ver el reino animal a través del prisma de nuestra propia y más bien limitada existencia. El estilo de vida arborícola del perezoso resulta lo suficientemente extraterrestre como para hacer de él una de las criaturas más incomprendidas del mundo, pero no está solo ni mucho menos en esta categoría. La vida adopta una soberbia multitud de formas extrañas, y hasta las más simples requieren una interpretación compleja.