Jill Ramsower

“Parece que cada libro que veo en manos de una mujer es un romance, que establece expectativas poco realistas de una vida perfecta de cuento de hadas en sus cabezas. Pero eso no es lo que estás leyendo, ¿verdad?

Noemí inclinó la cabeza hacia un lado y una sonrisa felina se dibujó en sus labios antes de sacar un dedo lleno de queso crema de su bagel y limpiarlo a lo largo de mi corbata de seda Brunello Cucinelli. Luego me miró fijamente mientras chupaba el resto de su dedo.

Mierda. A mí.

Estaba tan jodidamente excitado que ni siquiera podía enfadarme. Inclinándome, le susurré cerca de su oído:

“Sigue chupándote ese dedo. Vas a necesitar la práctica.

Una sonrisa de comemierda partió mi rostro mientras me alejaba.

“TE DOY UNA CONMOCIÓN CEREBRAL, tu mamá me va a dar una conmoción cerebral”. Bishop bailaba de puntillas en el ring, con los puños enguantados en la cara. "¿Dónde diablos está tu cabeza, hombre?"

Fingí un jab, luego lancé un uppercut que dio en el blanco, enviando a mi mejor amigo tropezando hacia atrás.

"¿Dónde está tu cabeza, además de mi puño?" Sonreí detrás

de mi protector bucal, entretenido por la ridiculez de mi réplica.

"Ohhhh, el tipo duro cree que tiene sentido del humor,

¿eh?" Vino hacia mí con una serie de golpes increíblemente rápidos que casi me tiran al suelo.

“Joder, hombre. Es sparring, no una pelea de premios”.

Bishop se rió entre dientes, escupiendo su guardia.

“Ganar es ganar”.

Negué con la cabeza y me quité los guantes. Has estado entrenando demasiado con Torin. Ese tipo es un psicópata.

“Tiene impulso. Admiro eso. Tú también lo harías si no estuvieras tan distraído. Se echó un chorro de agua en la boca y luego se apoyó contra las cuerdas. “¿Sigues pensando en la chica? Ella es una cosita dulce.

Probablemente yo también pensaría en ella”.

Fruncí el ceño. “Cuidado, cabrón. Esa es mi futura esposa de la que estás hablando.

Levantó las manos en retirada. "Mi error, hombre".

“Además, eso no es exactamente. Algo no me sienta bien”.

"¿Cómo qué?"

"Es simplemente extraño". Negué con la cabeza. “Ella no se parece en nada a lo que me dijeron. Y no hay una sola cicatriz en su cuello por el choque, nada que explique una pérdida permanente de la voz. Tal vez suene loco, pero siento que me estoy perdiendo algo”.

“Mira lo que puedes desenterrar. Mejor ahora que más tarde, una vez que estés atrapado con ella.

Una pequeña pero victoriosa sonrisa talló su oscura barba mientras acortaba la distancia entre nosotros. "Te ves

delicioso esta noche", murmuró una vez que me alcanzó, poniendo su mano en la parte baja de mi espalda.

¿Era un indicio de diversión en su tono?

No estaba segura, pero tampoco iba a dejar que se saliera con la suya desconcertándome. Sonriendo dulcemente, deslicé discretamente mi mano debajo de la chaqueta de su traje y lo pellizqué. Duro.

No se alejó ni reaccionó de ninguna manera excepto para reírse levemente. Un sonido como whisky tibio vertido sobre hielo, ambos capaces de calentar mi vientre de maneras extrañas y seductoras.

"Conner, es hora de que me presentes a tu encantadora futura esposa". Un hombre mayor se unió a nosotros con una sonrisa y ojos azul grisáceos tan agudos que sentí que podían apuñalarme en las partes más oscuras y desenterrar todos mis secretos.

“Por supuesto, Jimmy. Esta belleza es Noemi Mancini”.

Conner me miró. “Noemí, este es Jimmy Byrne, mi tío y padrino”.

Ah, el infame jefe de la mafia irlandesa. No era de extrañar que se hubiera elevado a sí mismo a una posición de tanto respeto. Con una inteligencia tan aguda rebosante en sus ojos, me pregunté si se le escaparía algo.

Sonreí e incliné la cabeza, ya que era mi única forma de comunicar la muestra adecuada de respeto.

Se inclinó y besó una mejilla, luego la otra. "Es un honor, jovencita". Se apartó e hizo un gesto a la mujer de cabello plateado detrás de él. “Y esta es mi encantadora esposa, Brenna”.

Estreché su mano y sonreí suavemente ante sus ojos amables pero cautelosos.

"¡Mi turno!" cantó otra mujer con vertiginosa emoción mientras se acercaba. "Lo siento, Jimmy, pero he estado esperando este día durante tanto tiempo".

Jimmy arqueó una ceja, exasperado, pero ella lo ignoró como solo una esposa o un hermano podrían haberlo hecho.

Esta tenía que ser la madre de Conner, la hermana pequeña de los tres hermanos Byrne.

“Noemí, es un placer absoluto.” La hermosa mujer mayor tomó mi mano. “Soy Mirren Reid, la madre de Conner. Y

este es mi esposo, Seamus”. Señaló detrás de ella a un hombre austero que asintió en un recatado saludo.

Forcé una amplia sonrisa, con la esperanza de congraciarme con estas personas que serían mi nueva familia.

“No te preocupes por decir nada. Conner explicó todo.

Estamos encantados de verlo asentarse y de que te conviertas en parte de la familia”.