Un entretejido magistral de personajes, psicologías y pérdidas, conectados todos por La Castañeda y el Palacio de Lecumberri. Los mexicanismos no sobran y funcionan muy bien.
Muchos personajes se repiten (como la Jarocha, el Cacarizo, Consuelo, Elías), y la negligencia, ignorancia y dolor son constantes.
Este desfile de presidiarios, "locos" y abandonados se explora en detalle. Se nombran las cosas como se nombraban entonces, respetando la fidelidad de época; no hay juicios constantes sobre lo errores de entonces.
Se nota la investigación histórica, la fluidez de una prosa transparente, directa y con punzadas de ingenio, pero más que nada, un verdadero interés en dejar hablar a aquellos ignorados por la sociedad. Aquellos en el filo de las sombras.
Muy buena antología de las y los cuentistas. Un buen bocado para seguirles la pista en su escritura. Las que me gustaron más son Fernanda Melchor, Verónica Gerber, Brenda Lozano, Daniela Tarazona. Sin embargo, también hay otros cuentos magistrales. Se agradece a David Miklos su trabajo y sinceridad.