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Mercedes Cebrián

  • Daniela Arriagacompartió una citahace 2 años
    El único rumbo para una civilización que afronta su propio final: Aprender cómo pedir perdón y cómo reparar en alguna diminuta medida el daño devastador que les hemos hecho a nuestra familia humana y a las demás criaturas y a la hermosa tierra. Amar y perdonarnos los unos a los otros lo mejor que podamos. Y aprender a decir adiós.
  • Pao Gómez.compartió una citael año pasado
    Y me sentía afortunada: había sufrido, pero, a diferencia de lo que me había sucedido en otras relaciones, nunca me rompiste el corazón. (¿Seguro que no?, me dijo un terapeuta para provocarme. Esposa Dos no era la única que encontraba algo dañino en nuestra relación, ni fue el terapeuta el único en preguntarse si no había sido una variable que había intervenido en el hecho de que yo permaneciese soltera todos estos años.)
  • Pao Gómez.compartió una citael año pasado
    Es como cuando te enamoras, dice. El personaje de ficción es como el ser amado: siempre extraordinario, nunca una persona como las demás. Así que dejas fuera los detalles que asemejan a esa persona a todos los demás seres humanos. Y, por el contrario, tomas lo que te parece emocionante o intrigante, las cosas especiales que te hicieron en primer lugar querer escribir y las exageras.
  • Abigail Bolañoscompartió una citael año pasado
    No puedes explicar la muerte.
    Y el amor merece algo mejor que eso.
  • Lilianacompartió una citahace 10 meses
    En «Cómo ser un flâneur», dijiste que no considerabas que un largo paseo con un perro fuese genuina flânerie porque no era lo mismo que caminar sin rumbo y ser responsable de un perro impedía a las personas entregarse a la abstracción. En estos días paso tanto tiempo paseando a Apollo que no puedo imaginarme salir simplemente a pasear sola, pero lo que me impide entregarme a la abstracción o pensar mucho es la atención que atrae Apollo.
  • Daniela Arriagacompartió una citahace 2 años
    Un extraterrestre que un día estudie nuestro derrumbe muy bien podría concluir diciendo: La libertad era demasiado para ellos. Preferían ser esclavos.
  • Daniela Arriagacompartió una citahace 2 años
    La única cosa más dura que verte a ti misma envejecer es ver cómo envejecen aquellos a los que quisiste
  • Cristian David Hernandez Chavescompartió una citahace 7 meses
    No olvidemos que el kiwi, además de una fruta,

    es el nombre de un pájaro. Recordemos también que ningún animal

    sonríe a los humanos con ganas de intimar. A ver si sois capaces

    de leer bien sus gestos: la mueca de ese chimpancé al descubrir la encía
  • Cristian David Hernandez Chavescompartió una citahace 7 meses
    ESCUELA DE PUDOR

    ¿Cómo les transmitieron el pudor a los ciegos?

    ¿Cómo les enseñaron que había que taparse

    los lugares del cuerpo expuestos al placer? ¿O acaso

    cuando oían entrar a una persona

    al cuarto se les iban las manos de forma natural

    a las partes entendidas como pecaminosas? ¿Qué significa

    escote para una damisela que nunca llegó a ver?

    Mi fisioterapeuta ciega corre la cortinilla

    de la cabina donde me va a atender. Podría muy bien

    pasearse desnuda por el consultorio, qué más dará un pezón,

    o dos o tres, al aire. Qué más darán los salientes y entrantes

    del aburrido cuerpo. Y por último ¿quién les va a devolver

    a los ciegos

    del mundo y de Castilla todo este aprendizaje

    que ellos no necesitan?
  • Cristian David Hernandez Chavescompartió una citahace 7 meses
    ENCUENTROS AMISTOSOS

    1

    ¿Para quién la amistad?, es decir, ¿para quién

    estamos siendo amigos ahora que no nos mira

    nadie? ¿Qué máquina engrasamos y qué ruedas

    dentadas están girando durante esta

    charla?

    (Portugal: claro que viene a cuento

    mencionarlo, comparte su frontera con nosotros

    aunque pocos le presten

    atención).

    La amistad la ejercemos al darles sorbos lentos

    a las bebidas que pedimos sin sed,

    y, mientras tanto, algo me suena en los bolsillos

    de mis pantalones: serán llaves, monedas.

    Qué llaves, qué monedas, si la ropa que llevo

    es de una sola pieza. Lo que suena es quizás Portugal,

    lo que tan a menudo permanece en silencio,

    ¿o es el amigo tímido que apenas participa

    y hoy quiere decir algo?

    No estoy hablando de los ingredientes

    sino del guiso en sí. Cada amigo

    es un nuevo ingrediente, aunque nunca sea fácil terminarnos

    el plato a rebosar de puré de lentejas.

    Y así, sin avisar, nos llega el día

    de cambiar la bañera por ducha, de borrar

    aquello que empleábamos a diario con naturalidad.

    Es limpio, es eficaz, la edad

    lo está pidiendo. Yo sí le veo el sentido.
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