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José Eustasio Rivera

  • Perla Beatriz Rincón Maldonadocompartió una citael año pasado
    Es el desierto, pero nadie se siente solo: son vuestros hermanos el sol, el viento y la tempestad. Ni se les teme ni se les maldice.
  • Perla Beatriz Rincón Maldonadocompartió una citael año pasado
    hallábase en Villavicencio, de salida para Casanare.
  • Perla Beatriz Rincón Maldonadocompartió una citael año pasado
    ¿En qué código, en qué escritura, en qué ciencia había aprendido yo que los prejuicios priman sobre las realidades? ¿Por qué era mejor que otros, sino por mis obras? El hombre de talento debe ser como la muerte, que no reconoce categorías
  • Carlos Julian Peña Tascocompartió una citahace 2 meses
    Respecto de Alicia, el más grave problema lo llevo yo, que sin estar enamorado vivo como si lo estuviera
  • Carlos Julian Peña Tascocompartió una citahace 2 meses
    Respecto de Alicia, el más grave problema lo llevo yo, que sin estar enamorado vivo como si lo estuviera
  • Carlos Julian Peña Tascocompartió una citahace 2 meses
    —Sí, porque ya otra noche se nos apareció, con una linternita en la mano, por la oriya de la sabana, caminando sin pisar el suelo.

    —¿Y por qué no le preguntaron, de parte de Dios, qué quería?
  • Carlos Julian Peña Tascocompartió una citahace 2 meses
    De todo nuestro pretérito solo quedaría perdurable la huella de los pesares, porque el alma es como el tronco del árbol, que no guarda memoria de las floraciones pasadas sino de las heridas que le abrieron en la corteza
  • teo kyokocompartió una citahace 2 meses
    Los que un tiempo creyeron que mi inteligencia irradiaría extraordinariamente, cual una aureola de mi juventud; los que se olvidaron de mí apenas mi planta descendió al infortunio; los que al recordarme alguna vez piensen en mi fracaso y se pregunten por qué no fui lo que pude haber sido, sepan que el destino implacable me desarraigó de la prosperidad incipiente y me lanzó a las pampas, para que ambulara, vagabundo, como los vientos, y me extinguiera como ellos sin dejar más que ruido y desolación.

    (Fragmento de la carta de Arturo Cova.)
  • teo kyokocompartió una citahace 2 meses
    Más que el enamorado, fui siempre el dominador cuyos labios no conocieron la súplica. Con todo, ambicionaba el don divino del amor ideal, que me encendiera espiritualmente, para que mi alma destellara en mi cuerpo como la llama sobre el leño que la alimenta.
  • teo kyokocompartió una citahace 2 meses
    vano mis brazos —tediosos de libertad— se tendieron ante muchas mujeres implorando para ellos una cadena. Nadie adivinaba mi ensueño. Seguía el silencio en mi corazón.
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