Carlos Pellicer

  • Rocicompartió una citael año pasado
    El silencio es tan claro que parece retoñar.
    Es un gajo de sombra a cielo abierto,
    es una ventana nueva acabada de cerrar.
    Bajo la noche la vida crece invisiblemente.
    Crece mi corazón como un pez en el mar.
  • Rocicompartió una citael año pasado
    Cuando a un árbol le doy la rama de mi mano
    siento la conexión y lo que se destila
    en el alma cuando alguien está junto a un hermano
  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    ¿Dónde encontrar una palabra nueva
    para ti, junio, que las tienes todas?
    Campo de espigas, vasta compañía.

    C. PELLICER, “Tres recuerdos”, Otras imágenes
  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    ETERNIDAD

    DIVINA juventud, corona de oro,
    ventana al Paraíso.
    ¡Te poseo total! (La muerte no figura
    en el reparto íntimo.)
    Oíd lo que cantan las musas:
    enciende la noche, ha muerto el destino.
  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    Reflejo de cien espejos

    tu cuerpo
  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    Tus pasos fueron caminos
    de música.
  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    Sabor de octubre en tus hombros,
    de abril tu mano da olor.
    Espejo de cien espejos

    mi cuerpo,

    anochecerá en tu voz.
  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    Yo me tropiezo y caigo y de todos los rumbos
    ciñe al parque un coral de veinte risas,
    y así el poeta es fruto
    comido de mujeres y de prisas.
  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    La pausa entre dos golpes
    da a una figura el par del otro instante.
    Los músculos del cuello
    hacen eco a los ruidos. Y parte una
    canción que cruza el vértigo en la palma
    de la mano del aire que la deja
    en otro oído que al sentirla piensa
    en cinematográficos amores.
  • Talia Garzacompartió una citael año pasado
    ETERNIDAD
    DIVINA juventud, corona de oro,
    ventana al Paraíso.
    ¡Te poseo total! (La muerte no figura
    en el reparto íntimo.)
    Oíd lo que cantan las musas:
    enciende la noche, ha muerto el destino.
    6, 7 poemas, 1924
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