Tanto que incubar sobre esto. No se trata de juzgarnos, como si el juicio permitiera comprometernos con otras maneras de cuidar, sino de detenernos a sentir a quiénes cuidamos, a quiénes nos cuidan, qué o a quiénes privilegiamos, cómo me entrelazo y estoy tejida con todo lo que hace posible nuestras vidas y, una vez más, ¿cómo