Joan Halifax

Nos muestra que ser bueno no es un estado beatífico, sino un proyecto complejo.

Creo que es importante estudiar nuestra ecología interna para que podamos reconocer cuándo estamos al borde, en peligro de resbalarnos desde la salud hacia la patología.

He llegado a pensar que los estados mentales también son ecosistemas.

Si estamos dispuestos a investigar nuestras dificultades, podemos convertirlas en una visión de la realidad más valiente, más inclusiva, más nueva y más sabia,

En los estados límite reside un gran potencial, y si se trabaja hábilmente con ellos, se puede acelerar la comprensión.

nuestro camino está expuesto a la realidad y, más tarde o más temprano, la mayoría de nosotros caeremos al vacío. Es importante que no haya juicio en eso.

Parte de mi trabajo ha consistido en afrontar la devastadora epidemia de la futilidad

Esta es la premisa fundamental para conocer íntimamente los estados límite: cómo desarrollamos la fuerza para mantenernos en el borde y conseguir una visión más amplia, una vista que incluya todos los lados de la ecuación de la vida.

pensar que los estados mentales también son ecosistemas

A lo largo de este límite hay una abundancia de vida, donde conviven el álamo temblón de corteza blanca, la violeta salvaje y la aguileña púrpura, así como el temerario arrendajo de Steller, el búho boreal, la perdiz nival y el pavo salvaje.