El auge que vivió el género fantástico anglosajón a mediados de siglo contribuyó a la fusión de las tradiciones maravillosas y sobrenaturales. Así, los cuentos de hadas, las leyendas decimonónicas, las sagas nórdicas, las mitologías mediterráneas y los superhéroes norteamericanos, entre otros, dieron lugar a una explosión absoluta en el reino de la fantasía