Robert Merle

  • Miguel Ángel Vidaurrecompartió una citahace 9 meses
    Bajo el nazismo hubo centenas, miles de Rudolf Lang, morales dentro de la inmoralidad, escrupulosos sin conciencia, pequeños funcionarios cuya seriedad y «méritos» los llevaron a los más altos cargos. Todo lo que hizo Rudolf no fue por maldad, sino en nombre del imperativo categórico, por fidelidad al líder, por sumisión al orden, por respeto hacia el Estado. En resumen, como hombre de deber: y precisamente por eso es monstruoso.
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    Bajo el nazismo hubo centenas, miles de Rudolf Lang, morales dentro de la inmoralidad, escrupulosos sin conciencia, pequeños funcionarios cuya seriedad y «méritos» los llevaron a los más altos cargos. Todo lo que hizo Rudolf no fue por maldad, sino en nombre del imperativo categórico, por fidelidad al líder, por sumisión al orden, por respeto hacia el Estado. En resumen, como hombre de deber: y precisamente por eso es monstruoso.
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    Bajo el nazismo hubo centenas, miles de Rudolf Lang, morales dentro de la inmoralidad, escrupulosos sin conciencia, pequeños funcionarios cuya seriedad y «méritos» los llevaron a los más altos cargos. Todo lo que hizo Rudolf no fue por maldad, sino en nombre del imperativo categórico, por fidelidad al líder, por sumisión al orden, por respeto hacia el Estado. En resumen, como hombre de deber: y precisamente por eso es monstruoso.
  • Miguel Ángel Vidaurrecompartió una citahace 9 meses
    El Partido está terminando de construir, en diferentes partes de Alemania, campos de concentración cuyo objetivo es regenerar a los criminales a través del trabajo. En esos campos también estaremos obligados a encerrar a los enemigos del Estado nacionalsocialista, para protegerlos de la indignación de sus conciudadanos. El objetivo será, ante todo, educativo. Se trata de educar y de corregir el espíritu a través de la virtud de una vida simple, activa, disciplinada.
  • Miguel Ángel Vidaurrecompartió una citahace 9 meses
    En cada nueva remesa hará una selección y pondrá a las personas aptas para el trabajo a disposición de las industrias y de las empresas agrícolas de Auschwitz-Birkenau.

    Le indiqué que quería hablar, pero volvió a agitar imperiosamente su cigarro y continuó:

    –Segundo punto: me hará llegar, tras cada nueva remesa, la estadística de los inaptos que usted someta a los tratamientos especiales. Sin embargo, no debe conservar ninguna copia de esos informes. En otras palabras, usted debe ignorar la cifra global de las personas tratadas durante todo el período en que esté al mando.
  • Miguel Ángel Vidaurrecompartió una citahace 9 meses
    Un gran camión estacionó con la parte trasera muy cerca del barracón. Un tubo conectado a su tubo de escape se elevaba verticalmente, luego se doblaba y penetraba en el barracón a la altura del techo. El motor estaba en marcha.

    –El humo del tubo de escape –dijo Schmolde–, penetra en la habitación por el orificio situado junto a la lámpara central.

    Escuchó un momento el motor, frunció el ceño y se dirigió a la cabina del conductor. Lo seguí.

    Un SS estaba al volante, con un cigarrillo en los labios. Cuando vio a Schmolde, se quitó el cigarrillo y se inclinó hacia la puerta.

    –¡No pise tanto el acelerador! –dijo Schmolde.

    El motor disminuyó. Schmolde se giró hacia mí.

    –Pisan a fondo para terminar antes. El resultado es que asfixian a los prisioneros en lugar de dormirlos.

    Un olor desagradable flotaba en el aire. Miré a mi alrededor. Solo vi a una veintena de prisioneros en uniforme de rayas, en doble fila, a algunos metros del camión. Eran jóvenes, bien afeitados y parecían vigorosos.

    –El Sonderkommando
  • Miguel Ángel Vidaurrecompartió una citahace 9 meses
    –¿Por qué no fusilarlos?

    –Es costoso –dijo Schmolde– y exige tiempo y muchos hombres.

    Y añadió:

    –Sin embargo, lo hacemos, cuando nuestros camiones se estropean.
  • Miguel Ángel Vidaurrecompartió una citahace 9 meses
    El resultado del experimento superó todas mis expectativas: había bastado un bote de un kilo de Zyklon B para liquidar en diez minutos a doscientos inaptos. El ahorro de tiempo era considerable, porque en el sistema de Treblinka se necesitaba una media hora, puede que más, para lograr el mismo resultado. Además, no estábamos limitados por el número de camiones, los fallos mecánicos o la falta de gasolina. El procedimiento era económico, porque el kilo de Giftgas –algo que verifiqué de inmediato– solo costaba tres marcos cincuenta.
  • Miguel Ángel Vidaurrecompartió una citahace 9 meses
    Así, poco a poco, la idea tomaba cuerpo en mi mente con una precisión embriagadora: una gigantesca instalación industrial directamente comunicada con el tren y cuyas superes­tructuras, elevándose sobre inmensas salas subterráneas, comprenderían cantinas para el personal, cocinas, dormitorios, Beutekammer
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    y salas de disección y de estudio para los investigadores nacionalsocialistas.
  • Miguel Ángel Vidaurrecompartió una citahace 9 meses
    Sonrió.

    –Dos pájaros de un tiro, por así decirlo: la gasolina sirve tanto para el transporte como para gasearlos. De ahí…

    Hizo un pequeño gesto con la mano:

    –… el ahorro.
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