En los hombres las formas innatas de emisión de sonidos producidos por el organismo hasta cierto punto automáticos, casi espontáneos en determinadas situaciones desencadenantes, como por ejemplo el gemido, el suspiro o las formas involuntarias de la risa, están todavía rudimentariamente presentes, pero en tanto que medio de comunicación se encuentran sobrepuestas por sistemas de signos que no son innatos sino que han de ser adquiridos a través del aprendizaje de otros y que constituyen fenómenos únicos en el reino animal: los lenguajes, que son tan variables como las sociedades, de los que se sirven como medio de comunicación y de relación.