Benjamin Moser

«Estoy convencida de que en la cuna, mi primer deseo fue el de pertenecer», escribió. «Por razones que aquí no importan, debí de sentir por algún motivo que no pertenecía a nada ni nadie»49.

Lirios blancos apoyados sobre la desnudez del pecho. Lirios que yo ofrezco a lo que duele en ti137.

Te llega a los oídos y tienes pruebas de necrofilia y canibalismo, hablas con personas que se han comido a sus hijos o hermanos, ves a gente yaciendo como meros esqueletos en su casa, muriéndose o esperando a la muerte sin ningún consuelo a la vista.

Se puede optar por aceptar la irrelevancia, hacer arte por el gusto de hacer arte. O se puede atajar la evidente incongruencia con compromiso: utilizando la ficción, o el drama, o la arquitectura para redirigir las injusticias sociales.

No cambia nada», recalcó en una de sus últimas entrevistas. «No cambia nada. Escribo sin la esperanza de que nada de lo que escribo en absoluto pueda cambiar nada. No cambia nada»

Y no soy más que potencia; siento en mi interior un fresco manantial, pero no puedo localizar su nacimiento»400.

Tal vez hubiera modificado alguna vez con su fuerza salvaje el aire a su alrededor y nadie lo notaría nunca, tal vez hubiera inventado con su respiración una nueva materia y no lo sabía, solo sentía lo que su pequeña cabeza de mujer jamás podría comprender.

, lo que yo diga sonará fatal e íntegro, no habrá ningún espacio dentro de mí para que sepa que existen el tiempo, los hombres, las dimensiones, no habrá ningún espacio dentro de mí para notar siquiera que estaré creando instante por instante, no instante por instante: siempre fundido, porque entonces viviré, solo entonces viviré más que en la infancia, seré brutal y mal hecha como una piedra, seré leve y vaga como lo que se siente y no se entiende, me rebasaré en ondas,

A lo mejor se refería a la abnegada dedicación a su arte. Pero otra posibilidad es el desafío de Mansfield a la convención, su lucha incesante y condenada por la libertad. Para la joven autora de Cerca del corazón salvaje, así como para su rebelde creación, Joana, la libertad, personal y artística, era el bien más apreciado.

mensaje de la vida de Katherine Mansfield resultaría en especial llamativo para Clarice cuando estaba siendo devorada por un cuerpo diplomático receloso, cerrado y de exquisitos modales, incluso en tiempos de guerra.