Aprender a habitar el cuerpo como en algún momento se aprende a habitar el mar: con una caricia precavida, tratando de no cortarse con las olas intentar que arda lo menos posible avanzar hasta lo más hondo ir perdiendo el miedo.
Kary Lorenzocompartió una citael mes pasado
Qué miedo tanta felicidad junta.
Kary Lorenzocompartió una citael mes pasado
Ahora: dos de la mañana cuatro grados este otoño es fatal. Ayer tenía tus pies enredados con los míos y hoy tengo que conformarme con una mantita cuadrada