Me alegro de haber vuelto aquí. De haber vuelto y ver que todo está abandonado, destrozado e invadido por la maleza. Porque ésa es la verdad. Me alegro de haber vuelto para ver la verdad. Si no, puede que siempre hubiéramos pensado que éramos nosotros. Que éramos nosotros los que habíamos fracasado, y no los demás. Que éramos nosotros los que de algún modo habíamos perdido el tren, los que habíamos tomado el camino equivocado o dejado pasar la oportunidad de nuestras vidas.