Tienes que amar a alguien lo suficiente como para dejarlo ir». —Sacude la cabeza, tragando, luchando por hablar—. Siempre pensé que era una tontería. Pero verte casi morir…
Su voz se desvanece, y mis dedos se enroscan contra la ventana fría, queriendo romperla, pero apenas puedo manejar un golpe.
—En ese momento nada más me importaba. Nada. Excepto tu vida