1. Comenta la idea de escuchar primero y hablar después.
2. Divide a los participantes en cuatro o cinco pequeños grupos. Pide a cada grupo que forme un círculo.
3. Entrega a cada grupo un bolígrafo y explícales que representa el “palo de la palabra”.
4. Informa a los participantes de que solo aquel que tenga el palillo está autorizado a hablar. La persona que recibe el palillo dispone de un minuto para hablar, a la persona que está a su izquierda, de algo que le preocupa y explicar cómo piensa solucionarlo.
5. Cuando haya terminado de hablar, pasará el palillo al participante de la izquierda, que ahora dispone de unos segundos para repetir o resumir lo que ha escuchado. Cuando la persona que había hablado considera que lo que se ha repetido o resumido es preciso, hará con su pulgar un signo de aprobación.
6. A continuación, se entrega el palillo a otra persona, que hablará de su preocupación al participante que esté a su izquierda. Luego se seguirá el mismo proceso que hemos explicado, hasta que cada uno de los participantes haya tenido la oportunidad de hablar y escuchar.
7. Liderar un debate con el grupo sobre lo sucedido durante la experiencia.