Pero por más que los hombres combatan las enseñanzas de la segunda venida de Cristo, por más que la rechacen y se burlen de tal enseñanza, permanece ante ellos en pie la afirmación que el Evangelio registra diciendo que aquel Jesús, el cual ascendió al cielo, se sentó a la diestra del Padre, vendrá de allí nuevamente para juzgar a vivos y muertos.