Pon una mano sobre la barriga, alrededor del ombligo, y la otra en el pecho, sobre el esternón, y cierra los ojos.
Al principio inspira y espira de forma natural para establecer tu ritmo de respiración; haz lo que te parezca natural en vez de forzar la respiración por la nariz o la boca en particular.
Ahora fíjate en el movimiento de las manos conforme a la inhalación y la exhalación. ¿Notas movimiento en la zona del pecho y la barriga, o solo en la parte superior del cuerpo