Catherine Doyle

—A mí también me gustaría escucharlo —interrumpió Tor.

ambos fingiendo que no se habían estado buscando.

ambos fingiendo que no se habían estado buscando.

Tor estaba de guardia. Le guiñó un ojo y, para su perverso deleite, él se sonrojó.

. Miró a Wren con un deseo tan desnudo en sus ojos que la dejó sin aliento—. Ven con nosotros.

—Perdóname. Me haces olvidar —dijo él, desenredando hábilmente las piernas de ella alrededor de su cintura.

pero fue la sonrisa de Tor la que hizo que la sangre de Wren se encendiera.

Mi lealtad es hacia Wren.

Cuando Tor entró en el salón de baile, su mirada encontró la de Wren casi inmediatamente.

Cuando Tor entró en el salón de baile, su mirada encontró la de Wren casi inmediatamente.