Jessi Kirby

Hay muchas cosas en la vida que te llenarán la vista, pero sólo unas cuantas atraparán tu corazón. Persigue estas últimas.

Agua salada —dice, llevándome a la orilla del agua—. Lo cura casi todo.

Todos los corazones cantan una canción, incompleta, hasta que otro corazón responde con un susurro.

—Mira —señala mi hermana mientras tratamos de recuperar el aliento—. Parece que está tan lejos, pero en realidad está allí cerca. —Me habla a mí—. Tienes que ver lo que se encuentra enfrente de ti. El bosque y los árboles, y el océano sobre las colinas.

Escribe en tu corazón que cada día es el mejor del año.

Que se te hace un hoyuelo cuando sonríes, y que deberías sonreír más porque me gusta.

Entonces no hay que sentirlo —dice, alejándonos de esto—. Sólo permanezcamos aquí ahora.

—¿Esto es como tu mantra?

—Algo así. —Se encoge de hombros.

Todo lo demás se desvanece y, en este momento, cuando nos tocamos, somos luz.

Una de las cosas más difíciles en la vida es tener palabras en tu corazón que no puedes pronunciar.

Tú eres como la luz después de todo aquello.