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Isaac Bashevis Singer

  • José Ricardo Ticante Ramírezcompartió una citahace 2 años
    No obstante, ¿qué sentido tenía concebir un Dios y proclamar su bondad y misericordia mientras sus criaturas se quemaban las unas a las otras en hornos y jugaban con los cráneos de niños pequeños? ¿Qué se conseguía con rezar a un Ser de cuya existencia no existía prueba alguna? ¿Dónde estaba Él, «el que dio el entendimiento al hombre», cuando algunos padres tenían que cavar tumbas para sí mismos y sus hijos? ¿Dónde estaba Él, el Dios celoso y vengador, cuando Estados Unidos, Inglaterra y Rusia se dedicaban a reconstruir Alemania? ¿Y qué estaba haciendo Él, «el que libera a los cautivos», por los millones de almas que Stalin había encerrado en campos de trabajo? No, aunque existiera un Dios, Jacob Anfang no pensaba servirle. Si Dios existía, probablemente era un Hitler cósmico que, por su honor y su grandeza, estaba dispuesto a torturar a generaciones y pueblos enteros.
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    ¿A quién le reza? ¿Al Dios que hizo a Hitler y le otorgó la capacidad de asesinar a seis millones de judíos? ¿O quizás al Dios que creó a Stalin y le permitió liquidar a otros diez millones de víctimas? En serio, Reb Berish, no va a conseguir engatusar al Señor del Universo con un par de filacterias. Es un hijo de puta de primera categoría y un terrible antisemita.
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    Los nazis no recibieron su merecido, Reb Berish. Estuve en Múnich tras la guerra. Estaban todos allí, sentados en una enorme cervecería, colorados y gordos como cerdos, trasegando cerveza y cantando canciones nazis como desatados. Alardeaban abiertamente de la cantidad de judíos que habían quemado, gaseado, enterrado vivos, y de a cuántas chicas judías habían violado. Tendría que haber oído cómo se reían. América les enviaba miles de millones de dólares y se llenaban el gaznate de bayerisches y se zampaban sus weisswurst. Las panzas casi les reventaban de placer.
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    Por lo que a mí respecta, como si reza desde que amanece hasta que se pone el sol. Siga adulando a Dios, dígale lo fabuloso que es, lo bueno, lo misericordioso que es, y le preparará un segundo Hitler. Ya lo están preparando. América les está enviando aviones. Un día les entregarán también la bomba atómica. Con sus impuestos, Reb Berish, se está rearmando Alemania. Esa es la verdad.
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    ¿De qué se lamenta? Así es la humanidad, la joya de la creación. Mi teoría es que todos los hombres son nazis. ¿Qué derecho tenemos para asesinar un ternero y comérnoslo? Quien tiene el cuchillo corta el melón. Es exactamente lo que creía Hitler: el poder es la razón. Y en cuanto a Dios, es el más nazi de entre los nazis. El archihitleriano. Tiene más poder que nadie, así que tortura a todo el mundo. Ya ve, no soy un no creyente. La gehena existe, claro que sí. ¿Por qué la gente iba a sufrir solamente en la tierra? Son torturados en la otra vida también. Dios tiene su propio Treblinka, con demonios, trasgos, diablos y ángeles de la muerte. Queman a los pobres pecadores o los cuelgan de la lengua o de los pechos. Todos los detalles están ahí, en «La vara del castigo». Pero el paraíso no existe. En todo lo que tiene que ver con la muerte soy un verdadero hereje.
  • Kimota Brandomín Nogueiracompartió una citael año pasado
    Cuando estalla una guerra dentro de la mafia, no pasa un día en que no se encuentre un par de cadáveres. En Argentina se apuñalan sólo por una cosa: por celos. Los hispanos tienen la sangre caliente.
  • Kimota Brandomín Nogueiracompartió una citael año pasado
    El mundo estaba lleno de mujeres jóvenes y, sin embargo, allí estaba él, camino de encontrarse con una monstruosidad, vieja como Matusalén y encima picada de viruelas como un rayador.
  • Kimota Brandomín Nogueiracompartió una citael año pasado
    —¿Es judío?

    —¡Qué más da! Nació judío, pero su padre lo convirtió al cristianismo. El padre había sido en su día estudiante en un seminario rabínico. Casi todos los estudiantes de aquel seminario se convirtieron. ¿No es gracioso?

    —A mis ojos, ya nada es gracioso.
  • Kimota Brandomín Nogueiracompartió una citael año pasado
    —¿Tú te casarías conmigo? ¿Después de todo lo que sabes?

    —Sí, Máxele.

    —¿Es porque tengo garra?

    —Un millón de garras. Pero si no tomas las riendas de ti mismo y te abandonas cada vez más, serás un hombre perdido. Recuerda mis palabras.
  • Kimota Brandomín Nogueiracompartió una citael año pasado
    Había perdido todo: a Solche, a sus padres, a Tsírele, a sus hermanos menores, la ciudad de Varsovia. Nada le había quedado, salvo esa extraña y singular mujer.
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