Me gusta la traducción del nombre encierra muy bien el espíritu de la historia, es un relato de espera, no es como que en la historia pase algo, es el silencio entre las notas y sin embargo no es como que no se relate nada, se relata a Auri y como se enfrenta a la espera y como piensa y como se desarrolla en esa espera en un mundo que no necesariamente va acorde a los deseos y concepciones, es normal que Rothfuss se sintiera consternado al escribir y compartir la historia y sin embargo también es normal que pese a no ser una historia convencional le haya gustado a las personas, no se siente para todos y al mismo tiempo se siente como que lo fuera.
La narración de Ruthfuss es fenomenal y Kvothe es un excelente protagonista, como fue planteada la historia es definitivamente un acierto ya que de cierta forma cierra de forma concreta la curiosidad pero al mismo tiempo la deja abierta como haber comenzado a andar por el camino y parar en una posada una vez terminado el día, puedes ir a descansar sabiendo que al despertar habrá más camino y habrás concluido bien el día.
El libro es demasiado extenso y hay demasiadas situaciones para dar una reseña plena del mismo, si se intentará quedaría algo como: sigue la historia de Kvothe donde el mundo de Temeran qué en El nombre del viento estaba como un personaje de fondo se levanta y comienza a debutar como un personaje secundario mostrados los elementos del mismo presentes de forma pasiva cada vez más importantes para la historia. Lo cual tal vez suene a mucho pero es lo que esperas de una secuela y más de una secuela de fantasía, el libro es fascinate y la lectura te atrapa, Kvothe salta de una situación a otra y las transiciones se siente muy orgánicas, hay un amplio repertorio de personajes nuevos y los personajes antiguos brillan con la misma intensidad sino es que más y los misterios que se dejan en el aire pueden mantener en vela hasta el fan menos acerrimo.