¿Y más tarde, en París? En París no hablamos más, de nada. Ninguno de nosotros. Cada uno estaba encerrado en un silencio de aturdimiento y ajustes. En un estado de conciencia perdida. El pasado ya no eran anécdotas que podían contarse, sino un vasto campo de ruinas de color blanco.
María Pellicercompartió una citahace 2 años
Anna tiene una cara diferente y exótica. Una cara de otoño, de fuego de chimenea, de queso de corteza dura, de pan con cereales, de bosques sombríos, de niebla, de botas de
María Pellicercompartió una citahace 2 años
es el drama del exilio. Las cosas, como los seres, existen pero hay que hacer como si estuvieran muertos
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