Michaël Foessel

¿Qué sería entonces un adiós a la noche fiel a las experiencias nocturnas? Cansado de dormir o trasnochar, solo queda unirse al día. Nada obliga a hacerlo postulando una contradicción absoluta entre la luz y la sombra. La noche y el día son las dimensiones cósmicas del tiempo humano. Pero el ritmo del cosmos no es un destino para la humanidad, provee en realidad una indicación sobre la posibilidad de multiplicar los puntos de vista. Las distinciones nocturnas pueden ser convocadas harto después del alba, cada vez que aparece el deseo de vivir sin testigo. Aunque se tengan pocos recuerdos de la noche, es posible hacer variar libremente los imperativos del día. El hombre es un ser capaz de eclipses.