tura. Es esa inquietud que, por pequeña que sea, capta nuestra curiosidad y nos alienta a seguir leyendo. Por ejemplo, en Orgullo y prejuicio, de Jane Austen, la tensión se articula a partir de la incógnita sobre con quienes se casarán los dos personajes principales, mientras que en Im, metamorfosis, de Franz Kafka, nos angustia saber si Samsa volverá a convertirse en humano o no.