Elia Maqueda

se sintiera valorada. Prueba de ello es que hoy estemos todos aquí reunidos, algunos dispuestos a contar mentiras épicas sobre ella.

Una vez arreglado el asunto acústico, me acomodo en mi sitio delante de la cámara A con la triste entereza de la viuda de un solda

La última edición del Oxford English Dictionary —que había salido tres años antes, en 1989— tenía 290 000 entradas. La mayoría de la gente no conocía más de 20 000, decía Mary. Conocer la mitad bastaba para considerar que alguien hablaba el idioma con soltura. Esa soltura era como la mente consciente, el abanico de posibilidades contenidas en las palabras que conoces. El inconsciente, sugería ella, era como la masa de palabras que no conoces.

La mayoría establecida adopta una visión basada en el juicio de una «minoría de lo mejor» a la cual se envidia y una «minoría de lo peor» a la que se desprecia.

—¿De quién es la cita?
—De un sociólogo llamado Norbert Elias.

Creo que mi padre buscaba una imagen de cuánto más podía contener su identidad estadounidense frente a la identidad pakistaní que había dejado atrás.

Creo que quería saber dónde estaban los límites

Cómo decidir la asignación de activos
Tu asignación de activos debe venir determinada por dos factores: el horizonte temporal y tu propensión al riesgo.

Horizonte temporal: cuanto más tiempo tengas hasta que vayas a necesitar vender tus bienes de inversión, más riesgos puedes correr. Por

ejemplo, si tu horizonte temporal es largo, puedes esperar a que tus inversiones se recuperen si el mercado se hunde.
Propensión al riesgo: si crees que te daría un ataque de pánico al ver descalabrarse tus inversiones, probablemente no quieras tener ninguna que entrañe demasiado riesgo. Si puedes vivir con las fluctuaciones de precio, podrás correr más riesgos.

Lo de los apodos había empeorado aquel año

Oswald no tenía ningún dispositivo

últimamente había empezado a dibujar animales mecánicos