Los estamentos cultos mostraron una particular afición a adoptar poses heroicas. Pensemos en el célebre crítico social Irving Howe, de ideología liberal izquierdista. En 1956, la revista Dissent, dirigida por Howe, condenaba el «ataque conjunto a Egipto» por considerarlo «inmoral». Y, aunque lo cierto era que Israel estaba aislada, también se la censuraba por su «chovinismo cultural», su «concepción casi mesiánica de un destino manifiesto» y su «expansionismo encubierto»25. Después del conflicto bélico de junio de 1973, momento en que el apoyo estadounidense a Israel alcanzó su punto álgido, Howe publicó un manifiesto personal, «cargado de intensa inquietud», en defensa de la aislada Israel. El mundo gentil, como se lamentaba Howe haciendo una parodia al estilo de Woody Allen, estaba a merced del antisemitismo. Y se quejaba de que Israel había dejado de considerarse «chic» incluso en el alto Manhattan; todos, salvo él, habían sido supuestamente esclavizados por Mao, Fanon y Guevara26.