Lina Munar Guevara

  • Nast Huertacompartió una citahace 2 años
    ¿Y yo? ¿Te hago falta? ¿Me ves distinta? Ojalá sí, que con solo verme pudiera saber lo mucho que había cambiado.
  • sebalidijovercompartió una citahace 2 años
    La cocina está llena de contradicciones, como la de ponerle sal a la masa de las tortas, por eso es tan interesante. No es como despejar una ecuación, seguir paso a paso una serie de reglas hasta llegar a x, una x aburrida que siempre es lo que tiene que ser, x. Uno cocina y no se sabe qué le va a quedar al final. Aunque no se vean como en los libros, aunque no sepan como deberían, los platos valen la pena porque nunca se pueden hacer dos veces, no realmente
  • sebalidijovercompartió una citahace 2 años
    ¿Y si de verdad estaba mal hecha? No físicamente, no de los ojos ni los lagrimales, sino mal hecha por dentro, muy dentro, donde los doctores no podrían llegar a arreglarme
  • sebalidijovercompartió una citahace 2 años
    Y si el opuesto del amor no es el odio, sino la vergüenza?
  • Fátima MAcompartió una citael mes pasado
    Mi papá era un agujero negro en el que las conversaciones morían. Si uno se acercaba mucho, ¡tas! se chupaba todo el aire.
  • Fátima MAcompartió una citael mes pasado
    Y yo no sabía cómo arreglarlo. Yo no sabía nada de nada sobre arreglar cosas, solo sabía romperlas.
  • Berenice Torrescompartió una citahace 10 meses
    Es que cocinar es como hacer magia, transformar los ingredientes, hacerlos desaparecer y reaparecer.
  • Yezz Hicompartió una citahace 5 meses
    vas a imaginar que rompes las cosas, pero no lo vas a hacer, ¿me oyes? Vas a imaginar que rompes los cuadros y la mesa y la lámpara y las cortinas hasta que te calmes. Y si eso tampoco sirve, pues vuelves a intentar.
  • sebalidijovercompartió una citahace 2 años
    Te pueden sacar del barrio”, le advirtió Adela a mamá cuando nos fuimos, “pero el barrio nadie te lo saca, bebé”
  • sebalidijovercompartió una citahace 2 años
    Mi papá era un agujero negro en el que las conversaciones morían. Si uno se acercaba mucho, ¡tas! se chupaba todo el aire. Eso no ha cambiado. Y no era justo porque, al principio, siempre quería hablar de él. No con él, jamás con él, sino de. Incluso cuando se fue, mucho tiempo después, cuando se fue de verdad, se sentía por el apartamento, como una especie de fantasma que se escondía en los lugares menos esperados.
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