Llegué a esta lectura por un grupo de lectura sobre escritoras mexicanas y no tenía expectativas ni sabía qué leería. Incluso hasta desconfiaba un poco, pero para variar me quedé callada y fascinada a partir del segundo ensayo.
He visto que muchas chicas dicen que es un libro que todas deberíamos leer y estoy totalmente de acuerdo, porque es literalmente lo que dice el título "un lugar seguro", dónde te sientes reflejada, comprendida y abrazada, aún siendo un libro, un lugar "no tangible". Me encanta la forma de escribir de Olivia tan genuina, sincera, llena curiosidad y cómo sin ser una lectura densa, te invita a cuestionarte al mismo tiempo que a ser compasiva y agradecida contigo misma y las personas a tu alrededor.
Tuve la suerte de que Olivia haya estado en la sesión del club de lectura donde la leí y confirmo que todo lo linda que se Lee también se refleja en su hablar y en su sonrisa. Recomiendo muchísimo este libro y que si tienen chance de verla en alguna plática o conferencia, lo hagan porque también vale mucho la pena.
La ventaja que hay de que algunas escritoras hagan una antología es que si alguno de los cuentos se quedó escaso o parecía no llevar a ningún lado había otros que sí podían cumplir expectativas y este compendio no fue la excepción. Me gustó que Teroba en algunos de estos relatos expresara descripciones que le añadían más forma al entorno en el que se hallaban las protagonistas y sus demás personajes. Trató de hacer al elenco partícipe de los cuentos lo más desarrollados posible y eso se agradece. Un detalle lindo fue que a varias narraciones les proporcionó un halo de esperanza, es decir, si su presente se estaba hundiendo por rachas difíciles, su situación podía mejorar porque lo que les aconteció tampoco fue algo irreparable.
Recomiendo mucho:
•Todo empieza con una línea.
•Agorafobia.
•Un espacio para el significado.
Los que se quedaron a medias:
•Un bosque poblado de estrellas.
•Los 72 nombres de Dios.
La antología contiene ensayos hermosos e interesantes, a mi parecer destacan el de Yasnaya Aguilar, Olivia Teroba, Verónica Gerber, Hito Steryel.
Me gustó la idea de hacer el cruce entre arte, lenguaje y literatura para ver en el futuro un universo en constante expansión.