Maria del Mar Mayo

No te tengo miedo,
vi derrumbarse
cosas más imponentes
que tus prejuicios.

Siempre me lo repito:
no
tengo
que abandonar
por miedo.
Pero miedo,
lo que llamo miedo
es una parálisis
entre la boca y el estómago
que se extiende
hasta los huesos.

Estoy cansada
y me parece que perdí
todas las creencias
que me acercaban a la tranquilidad.
Pero las cosas no son
tan diferentes ahora.
Después de todo,
eso que me enseñaron de chica
rezar
no era más
que repetirme un poema en la cabeza
una y otra vez
hasta quedarme tranquila

Tiempo libre

Tengo ganas de parar un poco,
de leer un libro bueno
que me devuelva a mi casa.
Con casa quiero decir
cualquier lugar o sensación
que haya habitado
sin querer escaparme.

Es así, lo que sentís
lo sentís
no se puede eliminar.
Para cambiarlo por algo distinto
hay que fabricar
un sentimiento nuevo.

No le escribo esos poemas
a las personas que amé:
para ellas la promesa
de que voy a seguir tratando de ilusionarme
como si no hubiéramos aprendido juntas
que casi todo termina mal.

Día 17

Aprendo un dato curioso:
el polvo que barremos del piso,
que se acumula en los muebles
está formado por escamas de piel,
por nuestra propia caspa,
por células muertas de las uñas y del pelo.
Todo este tiempo fui alérgica a mí
o con un poco más de optimismo
a lo que se me desprende,
a versiones anteriores
que unos segundos después de abandonarme
se vuelven tóxicas.

Día 18

En un libro de Joan Didion dice
que las personas tristes
están siempre frías
porque no les funcionan
del todo los órganos.
Yo sé que este frío
es de adentro pero
igual tengo el impulso
de solucionarlo
tengo una estufa encendida en primavera
que por afuera me quema
pero en mi interior
como todo lo cálido
no me toca.

Observación

Soy como ese gato
que duerme al lado de la rueda de un auto
sin darse cuenta
de que en cualquier momento
lo que le da refugio
lo puede aplastar.

Día 4

Le llevé a la psicóloga
un montón de poemas
para que viera que este año también
hice cosas lindas.
Nos acostumbramos a estar
todo el tiempo tristes
por no alcanzar las expectativas
pero todos hacemos
cosas increíbles.
Una de mis abuelas decía
que si no estás orgulloso de vos mismo
es porque tenés que mirarte mejor.