Shruti Swamy

había aprendido a leer a los cinco años, que fue cuando la perdí en favor del vasto interior de su mente.

La belleza era una certeza matemática que surgía de una combinación precisamente correcta.

Una risa que dice por favor. ¿Se puede decir por favor con una risa?

No estoy segura de por qué, pero la mayoría de las mujeres tienen un modo de andar, no pueden evitarlo. No es un pavoneo de caderas, o no es que sea algo delicado. Quizá sea solo una conciencia de cuánto espacio están ocupando en todo momento. Incluso si dan pasos largos para moverse rápido, son conscientes de la cantidad exacta de espacio que usa su cuerpo al expandirse y contraerse. Ella tenía eso. Yo lo tenía.

Caminar no es tan sencillo como poner un pie delante del otro, aprendí también.

Tú tienes una forma desaliñada de estar en tu cuerpo.

Recogía las manos en puños y marchaba, llena de destino

Obligar a las lágrimas a meterse de vuelta en los ojos le llevó todo su esfuerzo.

Este sonido era distinto de cualquiera de esos. Era alto y contenía una nota mineral de pánico

Los ojos de las serpientes son chatos e inflexibles, y nada revelan de inteligencia animada. Tal vez podría aprender algo de eso. A veces creo que hay en mí demasiada perrosidad.