Sin embargo, cuando el artículo ya estaba terminado, don Alejandro recibió una invitación para pronunciar el discurso oficial en la celebración del día del médico, a la que iba a asistir el presidente de la República; cuando los colaboradores del presidente (los encargados de revisar todo lo que se decía en su presencia) se enteraron del título de la conferencia de don Alejandro, se apresuraron a aconsejarle que lo cambiara porque: “[…] en México ya no hay miseria. Es posible que haya pobreza en algunos sectores minoritarios, pero la miseria se acabó hace muchos años. Mejor cámbiele el título, doctorcito […]”.