Sofía Guadarrama Collado

Yo vi hartos críos —descendientes de nuestro dios Quetzalcóatl— aceptar la comunión y decir que amaban a Cristo.

sobre nuestros ancestros tepanecas:

Pues de no ser que los hijos de tus hijos y sus demás descendientes aprendan y compartan con sus hijos la toltecáyotl, pronto olvidarán nuestra historia y vivirán en el engaño, en ausencia, sin identidad y creerán que son lo que no son, adorarán dioses que los barbados han traído de sus tierras, se matarán los unos a los otros, se mentirán entre sí, las futuras naciones y gente de estos territorios no serán más que una farsa, una pueril imitación de otras sociedades, pues su ignorancia y falta de identidad los empujarán a la búsqueda de eso que les dé pertenencia.

La toltecáyotl es nuestra historia, raíces, religión y costumbres.

Les hablaremos de Ehécatl, dios del viento y gemelo de Quetzalcóatl, creador de los hombres y mujeres; de Tonantzin, la madre; de Tláloc, dios de las aguas; de Cinteotl, dios del maíz; Coatlicue, señora de serpientes

Tonátiuh, el dios del sol; Tonacatecuhtli, padre de los cuatro Tezcatlipocas; Meztli, la luna; Huitzilopochtli, dios principal de los mejicas, hijo de Coatlicue.

Son las siete tribus nahuatlacas que llegaron de Áztlan: shochimilcas, shalcas, tepanecas, colhuas, tlahuicas, tlashcaltecas y meshícas.

No ocupemos nuestras mentes en lo que no hay forma de solucionar.

Los tiranos se hacen de gloria sembrando ideas huecas en cabezas idiotas.

El aprendizaje no es la llama que da luz; es la piedra que choca con otra para encender el fuego. Es la piedra que se desgasta y un día se rompe. El aprendizaje es un proceso