Daniel Fuentes

En las sociedades contemporáneas, el relato dominante es fundamentalmente el propietarista, empresarial y meritocrático: la desigualdad moderna es justa, puesto que se deriva de un proceso libremente elegido en el que todos tenemos las mismas posibilidades de acceder al mercado y a la propiedad

Todas las sociedades tienen necesidad de justificar sus desigualdades:

Pensemos también en los migrantes

La desigualdad moderna se caracteriza por un conjunto de prácticas discriminatorias entre estatus sociales y orígenes étnicoreligiosos que se ejercen con una violencia mal descrita en el cuento de hadas meritocrático.

“populismo” xenófobo y sus posibles éxitos electorales podrían ser el principio del fin de la globalización hipercapitalista y digital de los años 1990-2020.

no transformamos profundamente el sistema económico actual para convertirlo en uno menos desigual

Una ideología es un intento más o menos coherente de ofrecer respuestas a un conjunto de preguntas extremadamente diversas acerca de la organización deseada o ideal de la sociedad.

El punto clave es que estos equilibrios de poder no son únicamente materiales; son también, sobre todo, intelectuales e ideológicos. Dicho de otro modo, las ideas y las ideologías cuentan en la historia. Permiten imaginar y estructurar continuamente mundos nuevos y sociedades diferentes.

las élites de las distintas sociedades, en cualquier época y en cualquier lugar, tienden a “naturalizar” las desigualdades; es decir, a tratar de asociarlas con fundamentos naturales y objetivos, a explicar que las diferencias sociales son (como debe ser) beneficiosas para los más pobres

Parto del hecho de que toda ideología, por muy extrema o excesiva que pueda parecer su defensa de la desigualdad, expresa a su manera una cierta visión de lo que una comunidad entiende por justicia social.