Tacet Books

Para nuestros bisabuelos lo mismo era llegar temprano que llegar tarde, o que no llegar nunca. La manía de llegar es relativamente moderna y el más terrible azote con que nos mortifica a todos la civilización.

se paseaba por toda su pequeña casa, a grandes pasos y a profundos pensamientos;

se paseaba por toda su pequeña casa, a grandes pasos y a profundos pensamientos;

ya le pareció que hacía un cuento y que decía que ella había ido más lejos de lo que la imaginación de la gente suponía: había ido donde los literatos habían definido como lo infinito, lo desconocido, etc.

del otro lado del arroyo, y de la vida. Los compañeros le dijeron que, como el arroyo era angosto, de este l

dislocaban y eran extraña

-¡Eres un ángel! -exclamó el duquesito, ciñéndole el cuello con sus brazos y besándola.

-¡Eres un ángel! -exclamó el duquesito, ciñéndole el cuello con sus brazos y besándola.

mayores explicaciones -le dice su madre- como la decencia me

Habiendo comenzado a llover a mediodía, todavía continuaba después del atardecer. Perdido en un mar de pensamientos incoherentes, buscando algo que le permitiera vivir desde el día siguiente y la manera de obrar frente a ese inexorable destino que tanto lo deprimía, el sirviente escuchaba, abstraído, el ruido de la lluvia sobre la Avenida Sujaku.

La lluvia parecía recoger su ímpetu desde lejos, para descargarlo estrepitosamente sobre Rashomon, como envolviéndolo. Alzando la vista, en el cielo oscuro se veía una pesada nube suspendida en el borde de una teja inclinada.