Gonzalo Rojas

  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    ¿De qué me sirve el mundo?
    ¿De qué me sirve el cuerpo que me obliga a comer,
    y a dormir, y a gozar, si todo se reduce
    a palpar los placeres en la sombra,
    a morder en los pechos y en los labios
    las formas de la muerte?
  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    Me parieron dos vientres distintos, fui arrojado
    al mundo por dos madres, y en dos fui concebido,
    y fue doble el misterio, pero uno solo el fruto
    de aquel monstruoso parto
  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    Hay dos lenguas adentro de mi boca,
    hay dos cabezas dentro de mi cráneo:
    dos hombres en mi cuerpo sin cesar se devoran,
    dos esqueletos luchan por ser una columna
  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    No tengo otra palabra que mi boca
    para hablar de mí mismo,
    mi lengua tartamuda
    que nombra la mitad de mis visiones
    bajo la lucidez
    de mi propia tortura, como el ciego que llora
    contra un sol implacable
  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    “Y nada de obras completas”, exclamó más de una vez Gonzalo Rojas en su poesía y en numerosas entrevistas. “Los verdaderos poetas son de repente: nacen / y desnacen en cuatro líneas”, rezan los versos de “80 veces nadie”
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    En cambio, siempre sostuvo que escribiría un solo libro en su vida: éste, que es la suma de todos sus poemas y, al mismo tiempo, el único de su autoría que él no conoció. “Pues de veras yo mismo soy mi libro inconcluso, levemente camuflado debajo de otros veinte volúmenes veloces que son máscaras de lo mismo, personas de la misma persona, que ya de suyo quiere decir máscara en latín clásico”, afirmaba Gonzalo Rojas hacia la mitad de su viaje poético.
  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    Más de una vez, Gonzalo Rojas enfatizó la forma circular bajo la cual le gustaba imaginar su obra:
    Mi obra entera es un solo todo girante sobre sí mismo […] La gente cree que escribir poesía es como escribir unos libros de relatos o de ensayos en los que hay primer volumen, segundo, tercero, cuarto, quinto: mi visión responde a esa concentricidad y también a esa excentricidad, es decir, se va hacia el centro, se retira del centro hacia fuera y se vuelve hacia el centro. Es un ejercicio de diástole y de sístole imaginativas. De ahí mi preocupación por la dispositio.
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    también se observa en él una obsesión por precisar las fechas de composición de determinados poemas, sobre todo los más tempranos, y hacia el final de su vida, la preocupación por inscribir al pie de cada página nueva, el día, el mes y el año en que la había escrito. Una actitud paradójica como muchas otras en su vida, que hacen de la contradicción la columna vertebral de su existencia.
  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    Gonzalo Rojas no ocultaba las circunstancias que envolvían su poesía ni regateaba las vislumbres que se encuentran en el origen de sus versos, pues sostenía con Goethe que toda poesía es de circunstancia. Sin embargo, también tengo la impresión de que no las escondía para mejor evidenciar la alquimia poética que impide confundir un poema con una mera anécdota biográfica.
  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    la idea surgió de las dudas que el poeta se planteaba acerca de los comentarios con los que san Juan de la Cruz, o Juan de Yépez como él prefería nombrarlo, acompañó el Cántico espiritual. A propósito de este poeta que reverenciaba, Gonzalo Rojas puntualizó: “San Juan de la Cruz es el más loco. Pero fray Juan de Yepes, que tampoco es tan él porque es sufí y seguramente se los había leído, es un mago. Lo sorpresivo está en su contención expresiva. ¿Cómo escribió algo así ese hombre, minúsculo de aspecto según dice la tradición? La poesía de él no se puede traducir. Y con unos cuantos poemas le basta”
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