La diferencia entre las dos Planeta eran los sellos que incluía cada una. Planeta I abarcaba ese sello y algunos otros considerados, en algún punto, afines, como Martínez Roca, Temas de Hoy y Destino. Era la de mayor potencialidad comercial. La otra Planeta, bajo la Dirección de Guillermo Schavelzon y con la Gerencia General a cargo de Alberto Díaz, se encargaba de la publicación de los libros “más literarios”, con los sellos Espasa Calpe, Ariel, Seix Barral y Deusto; en los términos que solíamos utilizar, una se ocupaba del libro masivo y la otra del selectivo.
La empresa estaba en un proceso muy dinámico. El número de novedades publicadas por mes, así como la cantidad de ejemplares que vendía, la ubicaban como una de las más exitosas del momento, compartiendo el liderazgo con Sudamericana. Planeta, además, estaba “de moda”: no solo tenía éxito con los libros que publicaba, sino que estaba creando una manera absolutamente diferente de editar, que conjugaba originalidad, intuición, mucho oficio editorial, estrategias comerciales eficaces y una clarísima importancia de las acciones de prensa para acompañar cada lanzamiento.