Rhoda Enelde

  • Kimota Brandomín Nogueiracompartió una citael año pasado
    Cuando estalla una guerra dentro de la mafia, no pasa un día en que no se encuentre un par de cadáveres. En Argentina se apuñalan sólo por una cosa: por celos. Los hispanos tienen la sangre caliente.
  • Kimota Brandomín Nogueiracompartió una citael año pasado
    El mundo estaba lleno de mujeres jóvenes y, sin embargo, allí estaba él, camino de encontrarse con una monstruosidad, vieja como Matusalén y encima picada de viruelas como un rayador.
  • Kimota Brandomín Nogueiracompartió una citael año pasado
    —¿Es judío?

    —¡Qué más da! Nació judío, pero su padre lo convirtió al cristianismo. El padre había sido en su día estudiante en un seminario rabínico. Casi todos los estudiantes de aquel seminario se convirtieron. ¿No es gracioso?

    —A mis ojos, ya nada es gracioso.
  • Kimota Brandomín Nogueiracompartió una citael año pasado
    —¿Tú te casarías conmigo? ¿Después de todo lo que sabes?

    —Sí, Máxele.

    —¿Es porque tengo garra?

    —Un millón de garras. Pero si no tomas las riendas de ti mismo y te abandonas cada vez más, serás un hombre perdido. Recuerda mis palabras.
  • Kimota Brandomín Nogueiracompartió una citael año pasado
    Había perdido todo: a Solche, a sus padres, a Tsírele, a sus hermanos menores, la ciudad de Varsovia. Nada le había quedado, salvo esa extraña y singular mujer.
  • Kimota Brandomín Nogueiracompartió una citael año pasado
    La ciudad no era consciente de quién se marchaba de ella ni quién llegaba. Varsovia no se despedía de nadie ni tampoco a nadie daba la bienvenida.
  • Kimota Brandomín Nogueiracompartió una citael año pasado
    expresión desprendía cierta ternura, la clase de bondad del cuerpo que ya no desea nada, al que nada puede afectar ya.
  • Kimota Brandomín Nogueiracompartió una citael año pasado
    Los escasos dólares, suyos y de Keyle, se agotaron y llegó el día en que no les quedaba nada con lo que poder comprar comida para el desayuno. El hambre no les dejaba dormir. Esa noche Bunem y Keyle no conversaron sobre el amor, sino sobre el suicidio.
  • Kimota Brandomín Nogueiracompartió una citael año pasado
    —Si no has robado antes, no empieces ahora. Tal vez Dios nos ayude.

    —Una vez dijiste que no hay Dios.

    —Lo hay, lo hay. Tal vez no sea tan bueno como la gente cree, pero existe.
  • Kimota Brandomín Nogueiracompartió una citael año pasado
    ¡Cielos, la vida lo había llevado por tales vericuetos que ya no podía contar a nadie la verdad!
fb2epub
Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)