—Ve despacio, Ty. Nunca he hecho esto antes.
Bajo la mirada a su pancita y creo que quiere decir que no ha tenido sexo estando embarazada. No quiero saber los detalles de cómo llego a esto y por qué tuvo que huir, pero me alegro de que corrió en mi dirección. Porque la he atrapado, y ella no va a ninguna parte. Voy a amarrar su pequeño trasero en mi cama.
—Despacio, cariño. Muy despacio.
Cuando nos besamos, todavía puedo saborear la dulzura de su coño, y me vuelve jodidamente salvaje. No sé cómo demonios se supone que debo controlarme cuando tengo algo tan perfecto y hermoso debajo de mí.
Empujo lentamente, tratando de controlar a la bestia en mi espalda que me dice que la folle a través del colchón. Mary-Jane es especial y dulce, y quiero ir despacio con ella. Entro en ella centímetro a centímetro, y se tensa mientras avanzo. Me detengo unas cuantas veces para dejar que recupere su aliento, pero me dice que siga adelante. No me gusta pensar en ella estando con otra persona, pero debe haber tenido una pequeña polla si todavía se encuentra apretada como una virgen como lo es ahora. Ese pensamiento de alguien dejándola en su estado me hace enojar, pero también feliz por ello, porque ahora voy a hacerla mía. Voy a hacerle saber que bajo ninguna circunstancia alguna vez va a dejarme, y que su bebé es ahora mi bebé. Y vamos a ser una maldita familia. Para siempre.