esos libros, lo que hacen en ti es crear una «educación sentimental». No sirven para hacerte profesionista o ingeniero o médico. Sirven para hacerte mejor persona. Para que seas lo que quieras ser, pero humano. Y humano es el que piensa por sí mismo, el que se enoja ante las injusticias, el que celebra que se salve el niño en la inundación, el que cree firmemente en lo que cree, el que tiene sueños, el que puede enamorarse perdidamente, a pesar de no tener ni siquiera, todavía, trece años.