Angelika Klammer

  • Iveth Luna Florescompartió una citael año pasado
    La gente planta algo, ese algo crece, luego lo cosechan y se lo comen. Yo creía que a lo largo de una vida uno se come la harina de más o menos treinta sacos de trigo —o cincuenta o cien—, y el trigo te alimenta hasta que la tierra te come a ti. La muerte siempre ha significado para mí que la tierra te come. Y pensaba que la tierra era tan oronda por la cantidad de personas y de animales que han muerto ya.
  • Iveth Luna Florescompartió una citael año pasado
    Siempre buscaba una proporción correcta para todas las cosas. Si como tréboles hasta llegar a mi propio peso en tréboles, le gustaré al trébol, pensaba. Aunque luego no sabía si sería bueno o malo gustarle al trébol. O que si me comía entero un trozo de campo de llantén del tamaño de una cama luego me podría echar a dormir un rato mientras las vacas se echaban en la hierba a gandulear. También creía que en algún lugar llevan la cuenta de todas las veces que respiramos. Que todas nuestras respiraciones son como pequeñas cuentas de cristal ensartadas en un cordel para formar un collar. Y que cuando el collar de respiraciones es tan largo que llega desde la boca hasta el cementerio, te mueres. Como la respiración no se ve, nadie sabe lo largo que es su collar. Por eso nadie sabe cuándo se va a morir, ni él mismo ni los demás. E igualmente creía que cuando el pelo que le han ido cortando a un hombre a lo largo de su vida llenaba un saco y el saco pesa tanto como él, el hombre se muere. La cuestión era siempre cuánto vivía una persona.
  • Iveth Luna Florescompartió una citael año pasado
    fijar la infancia sobre el papel se vuelve más terrible de lo que fue.
  • Iveth Luna Florescompartió una citael año pasado
    Al fijar la infancia sobre el papel se vuelve más terrible de lo que fue.
  • Iveth Luna Florescompartió una citahace 10 meses
    Creo que la ternura inesperada te puede asustar igual que la violencia inesperada,
  • Iveth Luna Florescompartió una citahace 10 meses
    El niño al que le dan palizas regularmente pierde todo miedo a que le peguen. Siente el dolor, eso no cambia. Pero el temor deja de existir. Sucede una cosa rara, y lo peor es que el sentimiento de dignidad se invierte. Cómo lo diría... es cierto que las palizas constantes no te vuelven insensible físicamente, pero en contra del pensamiento racional despierta en tu interior una especie de deseo de percibirte a ti mismo en el dolor, porque sin dolor uno se percibe de una manera muy diferente. Surge una dulzura que según tus propios criterios morales despierta tu rechazo. Y tienes que renegar de esa dulzura ante ti mismo para luego desearla cada vez.
  • Iveth Luna Florescompartió una citahace 10 meses
    lo que significa pedir palos, lo que era triunfar sobre la humillación con una especie de orgullo desvergonzado que brota de lo más hondo de tu ser... aquello mismo lo había vivido yo con mi madre. Y desde luego, mucho más monstruoso que vocear el himno nacional cada mañana era que en la guardería —y lo que es lo mismo: para el Estado— el concepto de educación fuera sinónimo de dar palizas.
  • Iveth Luna Florescompartió una citahace 10 meses
    Sabía lo que significa pedir palos, lo que era triunfar sobre la humillación con una especie de orgullo desvergonzado que brota de lo más hondo de tu ser... aquello mismo lo había vivido yo con mi madre. Y desde luego, mucho más monstruoso que vocear el himno nacional cada mañana era que en la guardería —y lo que es lo mismo: para el Estado— el concepto de educación fuera sinónimo de dar palizas.
  • Iveth Luna Florescompartió una citahace 10 meses
    Es increíble qué aberrantemente se refleja eso que llaman la Historia —con mayúsculas— en forma de culpa y castigo vividos dentro de un mismo matrimonio; y también lo injusto que fue el reparto para mi padre y para mi madre.
  • Iveth Luna Florescompartió una citahace 10 meses
    Lo quiera o no, mi familia viene arrastrándose detrás de mí. O soy yo quien la lleva consigo a lugares como ese, porque no te puedes dejar la cabeza en casa. No tengo por qué sentirme culpable por mi padre, pero sí que es mi deber reflexionar sobre la historia.
fb2epub
Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)