Matilde Pérez

Citas

Luz Mediecompartió una citael año pasado
el Estado español, si bien también es importante señalar que existen trabajos destacados de autores trans* como Miquel Missé, Juana Ramos, Pol Galofre, Norma Mejía, Amets Suess, Ian Bermúdez, Mar C. Llop o Lucas Platero, entre otros.
Luz Mediecompartió una citael año pasado
Hablando en términos generales, la Primera Ola del feminismo de los siglos xix y xx se centraba en la reforma de la vestimenta, el acceso a la educación, la igualdad política y, sobre todo, en el sufragio o derecho al voto. La Segunda Ola del feminismo, también conocida como «movimiento de las mujeres», arrancó en los años sesenta abordando un amplio abanico de cuestiones que iba desde la igualdad salarial, la liberación sexual, el lesbianismo y la libertad reproductiva, al reconocimiento del trabajo no remunerado que lleva a cabo la mujer en el hogar y la mejor representación de la mujer en los medios, pasando por la defensa propia y la prevención de la violación y la violencia de género. En los noventa se formó una Tercera Ola, en parte como respuesta a las limitaciones identificadas en las inflexiones más tempranas del feminismo y en parte para abordar cuestiones emergentes.
Luz Mediecompartió una citael año pasado
Para reconciliar la relación entre las políticas transgénero y las feministas –para crear un transfeminismo– necesitamos únicamente reconocer que el modo en el que cada persona experimenta y entiende su identidad de género, su conciencia de ser un hombre o una mujer o algo que no encaja en ninguno de esos términos o mezcla ambos, es una cuestión personal muy idiosincrática relacionada con otros muchos atributos de nuestra vida. Es algo que antecede, o subyace en, nuestras acciones políticas y no es necesariamente en sí mismo un reflejo de nuestras creencias políticas. Abrazar una identidad transgénero no es ni radical ni reaccionario. Las personas no transgénero, al fin y al cabo, se consideran mujeres u hombres y nadie les pide que defiendan la corrección política de su «elección» ni piensa que su percepción de formar parte de un género de algún modo comprometa o invalide el resto de sus valores y compromisos. Ser transgénero es como ser gay: simplemente algunas personas son «así», aunque la mayoría no lo sean. Podemos tener curiosidad por saber por qué algunas personas son gay o transgénero y podemos elaborar todo tipo de teorías o contar historias interesantes sobre cómo se puede ser transgénero o gay, pero en última instancia debemos aceptar sencillamente que una fracción menor de la población (quizá incluyéndonos a nosotros y nosotras mismas) es «así» y ya está.
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