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Greil Marcus

  • Mauricio Coronelcompartió una citahace 2 años
    Nada similar se había oído anteriormente, y nada similar se ha oído desde entonces,
  • Mauricio Coronelcompartió una citahace 2 años
    Johnny Rotten cantaba para cambiar el mundo
  • Mauricio Coronelcompartió una citahace 2 años
    La música busca cambiar la vida; la vida sigue; la música queda atrás; eso es lo que queda para que podamos hablar de ello.
  • Mauricio Coronelcompartió una citahace 2 años
    Al maldecir a Dios y al Estado, al trabajo y el ocio, al hogar y la familia, al sexo y el juego, al público y a uno mismo, durante un breve tiempo la música hizo posible experimentar todas estas cosas como si no se tratase de hechos naturales sino de estructuras ideológicas
  • Mauricio Coronelcompartió una citahace 2 años
    Nuestra calidad de vida está descendiendo...» Lo anterior no fue dicho por Johnny Rotten mientras grababa «Anarchy in the U.K.» en 1976, sino por san Bob Geldof
  • Zakarias Zafracompartió una citael año pasado
    Durante un tiempo, como por arte de magia –la magia del pop, mediante la cual la relación de ciertos hechos sociales con ciertos sonidos crea símbolos irresistibles de la transformación de la realidad social–, esa voz funcionó como un nuevo tipo de libertad de expresión.
  • Zakarias Zafracompartió una citael año pasado
    Los Sex Pistols abrieron una brecha en el mundo del pop, en la pantalla de los presupuestos culturales admitidos que rigen lo que uno espera oír y cómo se espera que uno responda. Puesto que los presupuestos culturales admitidos son proposiciones hegemónicas acerca del modo en que se supone que funciona el mundo –estructuras ideológicas percibidas y experimentadas como hechos naturales–, la brecha en el mundo del pop se abrió al ámbito de la vida cotidiana, el medio en donde, al ir al trabajo, la labor cotidiana en casa o en la fábrica o en la oficina o en las galerías comerciales, yendo al cine, comprando comestibles, comprando discos, mirando la televisión, haciendo el amor, conversando, no conversando, o haciendo listas de qué es lo próximo que hay que hacer, la gente vivía realmente. Juzgado según lo que le exigía al mundo, un disco de los Sex Pistols tenía que cambiar el modo en que una persona llevaba a cabo su viaje al trabajo; es decir, el disco tenía que relacionar ese acto con todos los demás, y luego cuestionar esa empresa como globalidad. De esta forma el disco cambiaría el mundo
  • Zakarias Zafracompartió una citael año pasado
    Pero ¿qué es la historia a fin de cuentas? ¿Es simplemente una cuestión de acontecimientos que dejan tras de sí esas cosas que pueden ser pesadas y calibradas –nuevas instituciones, nuevos mapas, nuevos dirigentes, nuevos ganadores y perdedores–, o es también el resultado de algunos momentos que parecen no dejar nada detrás, nada excepto el misterio de espectrales relaciones entre personas separadas por una gran distancia espacial y temporal, pero que de algún modo hablan el mismo lenguaje?
  • Zakarias Zafracompartió una citael año pasado
    Este libro trata de un único y serpentino hecho: a finales de 1976 apareció en Londres un disco titulado «Anarchy in the U.K.», y este acontecimiento provocó una transformación de la música pop en todo el mundo. Interpretado por una banda de rock’n’roll de cuatro componentes denominada los Sex Pistols, y escrita por el cantante, Johnny Rotten, la canción destilaba, en una forma crudamente poética, una crítica a la sociedad moderna que ya habían emprendido anteriormente un pequeño grupo de intelectuales radicados en París. Organizado por vez primera en 1952 con el nombre de Internacional Letrista, y refundado con la denominación de Internacional Situacionista en un congreso de artistas europeos de vanguardia que tuvo lugar en 1957, el grupo obtuvo su mayor notoriedad durante la revuelta de mayo de 1968, cuando las premisas de su crítica fueron destiladas en forma de eslóganes poéticos y pintadas con espray en las paredes de París, después de lo cual la crítica cedió ante la historia y el grupo desapareció. El grupo volvía la mirada hacia los surrealistas de los años veinte, los dadaístas, quienes habían obtenido renombre durante y poco depués de la Primera Guerra Mundial, el joven Karl Marx, Saint-Just, varios herejes medievales y los Caballeros de la Mesa Redonda.
    Mi convicción es que tales circunstancias son, ante todo, extrañas. El que una crítica aforística y gnóstica concebida por un puñado de profetas de café de la Rive Gauche reaparezca un cuarto de siglo más tarde, trace unos derroteros y luego vuelva a la vida como una nueva serie de exigencias a la cultura, resulta casi trascendentalmente extraño.
  • Zakarias Zafracompartió una citael año pasado
    En la cultura, la cuestión de la ascendencia resulta espuria. Toda nueva manifestación cultural reescribe el pasado, convierte a los antiguos malditos en nuevos héroes y a los viejos héroes en individuos que jamás debieron haber nacido. Nuevos actores limpian el pasado para los antepasados, pues la ascendencia es legitimidad y la novedad es duda, aunque en todas las épocas emergen del pasado actores olvidados, no como ancestros, sino como amigos íntimos.
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