Otra vez el impulso y un beso más prolongado los conecta. Santi vino de otra galaxia, una distante, sobrepasando la velocidad de la luz, cruzando agujeros de gusano en una nave más grande que el Halcón Milenario, para estar ahora frente a él, alineando mundos y explorándolos.
Encienden la consola. Warframe no se va a jugar solo.