Liliana Bodoc

  • Natalia Carolinacompartió una citael año pasado
    Dentro de los muros, perros y ovejas transitaban con total libertad transformando en un estercolero lo que pudo ser un jardín. Apenas casada, Oropelia intentó plantar flores y árboles frutales, pero cualquier brote sucumbía bajo el hambre perpetua de las ovejas o se quemaba por el orín de los perros. Tal vez aquello fue el primer símbolo del poder de su esposo, de la supremacía del estiércol sobre las rosas.
  • Natalia Carolinacompartió una citael año pasado
    Era un hombre delgado y alto. Sus arrugas profundas no hablaban de decrepitud sino de intensidad. En él, la vejez lucía vigorosa.
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