Edmée Pardo

Tú no extirpas la basura de tu casa, ¿verdad? Pero los tumores se extirpan. Para que sepas

Dura muchos meses, hay que ir seguido al hospital, y cambian todos tus planes porque ya no importan los exámenes de la escuela, ni los cumpleaños, ni los días de descanso, ni las vacaciones, sino los días de quimioterapia

Déjame decirte que en los hospitales ves a la gente más triste y más contenta del mundo: acaban de nacer bebés o alguien que antes no podía caminar sale dando brincos, pero también llegan los enfermos y con ellos todo el dolor que vienen cargando

Yo, la verdad es que más que estar nerviosa tenía miedo. Y aunque esa palabra nunca la pronuncian los doctores, tenía muchísimo miedo de lo que iba a suceder, de tanta atención a mi alrededor, de todas las agujas e inyecciones, de cuando los adultos hablaban bajito, de la gente que vi en el consultorio y de que un día tuviera la cara de uno de los otros niños que también tenían cáncer

La tía Estela nos caía muy bien, pero antes no iba tanto a la casa; y es algo que sucede con las enfermedades: hay gente que aparece y otra que desaparece.

Todas las enfermedades afectan el cuerpo y todas obligan, más que a creer en los doctores y en la medicina y en Dios, a creer en ti mismo y en que vas a estar bien

Pero la c más importante es la de cambio. Nada en la vida pide más cambios que la enfermedad de alguien, la tuya o de otro

Porque esa c es la mayúscula de todas, la gran C, la que te da conciencia sobre la vida

volvió a mostrarnos una medialuna blanquísima entre toda esa oscuridad de piel.